Anne-Sophie
Todo empezó cuando una mujer belga un poco aventurera se fue en bici a México... El azar (y un poco del destino) la hizo conocer a su amante allí. Unas pocas vueltas de pedal y un océano después, aquí está en Bélgica, donde han construido una vida llena de intercambios, encuentros y descubrimientos juntos, con la hija del caballero y su adorable perro color chocolate-caramelo.
Hoy, a nuestra pequeña familia belga-mexicana le gusta seguir explorando el mundo de una manera diferente: intercambiando nuestras casas, compartiendo nuestros espacios vitales, dando, recibiendo y creando vínculos.
Nos encanta la naturaleza, los momentos de convivencia, la simplicidad, los viajes en bicicleta y los hermosos encuentros humanos. Nuestra casa refleja este espíritu: acogedora, animada y abierta al mundo.